Pues va a ser que con los años es cierto que me estoy volviendo más selectiva y exigente, o será que me gustan las cosas claras y el chocolate espeso.
No me gusta NO saber con quién hablo, y si fuese uno de cada cien comentarios me lo replantearía, porque siempre hay alguien a quien le da vergüenza aún aparecer en las redes. Pero es que resulta que el porcentaje es totalmente al contrario. Tres de cada cien comentarios me los enviáis desde perfil público, o legal como digo yo. El resto provienen de anónimos. Y como yo doy la cara y tú me ves, pido lo mismo.
Y más después de que he comprobado que hay quienes utilizan perfiles falsos para tocar la moral al personal.
No pido nada que yo no esté dando. Hablo de respeto, porque publicar bajo un perfil falso, a dia de hoy, lo considero una falta de respeto hacia mi, hacia mi Blog y hacia el resto de lectores. Y si quieres anonimato tienes el dibujito del sobre a la izquierda en el Blog, o el enlace de contacto para comunicarte conmigo, pero digo lo mismo, sin perfil falso, porque sino tampoco voy a responder.
La claridad y el respeto lo primero, sino no me busques porque no voy a estar. Que telita con los comentarios, de anónimos con peticiones fuera de lugar respecto a rituales, que directamente le he dado a eliminar.
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